Gripe aviar llega a la Antártida, amenaza en el hielo

Últimas noticias sobre la gripe aviar en la Antártida: seguimiento y análisis.

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Publicado el 08-03-2024

La gripe aviar, o influenza aviar, se detectó por primera vez en 1996 en aves acuáticas domésticas en el sur de China. Sin embargo, el primer caso conocido de infección en humanos no se produjo hasta 1997 en Hong Kong, durante un brote en aves de corral. La cepa responsable de este brote fue la H5N1.

La gripe aviar ha llegado a la Antártida. Y aunque desde Octubre de 2023 se venía monitoreando la situación por parte de la comunidad científica, esta noticia ha generado gran preocupación entre la comunidad ambiental, ya que el virus H5N1, altamente patógeno, podría tener un impacto devastador en las aves marinas y los mamíferos de la región. Reciéntemente se encontraron aves muertas y cuyo resultado de los análisis confirma la presencia de este virus. Se cree que el virus llegó a la Antártida a través de aves migratorias. Estas aves pueden portar el virus sin mostrar síntomas, lo que facilita su transmisión a otras poblaciones.

Gripe aviar detectada en la Antártida: ¿Qué debemos saber?

El virus H5N1 es altamente contagioso y mortal para las aves. Se estima que hasta el 70% de las aves infectadas con el virus mueren en pocos días. La muerte de un gran número de aves podría tener un impacto significativo en el ecosistema antártico, ya que estas aves son una parte importante de la cadena alimentaria. Por otro lado, aunque la transmisión del virus a mamíferos es menos común que entre aves, se han documentado casos en otras partes del mundo. En la Antártida, la mayor preocupación se centra en las focas, ya que son una especie clave en el ecosistema y podrían sufrir una alta tasa de mortalidad si se infectan.

¿Qué se está haciendo para controlar el brote?
Las autoridades están tomando medidas para controlar el brote de gripe aviar en la Antártida. Estas medidas incluyen:
1-Monitoreo continuo de la situación a través de sensores, no presencial.
2-Implementación de medidas de bioseguridad para evitar la transmisión del virus a los humanos.
3-Investigación para comprender mejor el virus y su impacto en el ecosistema antártico.
4-Además han sido cancelados varios proyectos de investigación, ya que el trabajo de campo y la recolección de muestras es peligroso. Todo esto para reducir el riesgo de contagio y propagación del virus.

La batalla contra la gripe aviar en la Antártida apenas comienza. Es importante que todos tomemos medidas para proteger a las aves y al ecosistema de esta región única y vulnerable.